Improving Metrics: Talento y empleo

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Talentia Summit es una feria virtual de empleo y talento y además un encuentro de empresas de todos los sectores. Talentia es un espacio ideal para el networking entre profesionales de la captación del talento, la gestión de capital humano y la administración de recursos humanos.

En este espacio contamos con empresas como Improving Metrics, una empresa referente en la analítica digital, la arquitectura de Big Data, inteligencia de negocio y ciencia de datos. Tenemos la oportunidad de conversar con Jesús Echarri, CEO & Founder.

“BUSCAMOS PERFILES QUE SE SIENTAN CÓMODOS EN LA PROPIA INCOMODAD DE SALIR DE LA ZONA DE CONFORT, ADAPTÁNDOSE FÁCIL Y RÁPIDAMENTE A LOS CAMBIOS. EL CONOCIMIENTO Y LA METODOLOGÍA SE ADQUIEREN, PERO ESA FORMA DE SER Y DE TRABAJAR TIENE QUE VENIR DE SERIE”

Improving Metrics

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¿Qué tipo de servicios ofrecéis en Improving Metrics?

Somos una consultora orientada a los datos, y los datos para nosotros son algo muy plástico, en contra de lo que a prioiri se pueda pensar. Si hablamos en su sentido más estricto, su obtención, procesamiento y evaluación son útiles para tomar decisiones de negocio minimizando riesgos, y eso es algo que hacemos todos los días de trabajando codo con codo con nuestros clientes.

Pero nuestra utilidad va más allá. Creemos en la tecnología como algo transversal, como un medio para ser mejores como individuos y como sociedad si la utilizamos de forma respetuosa y sostenible con personas, creando modelos de reconversión para todas las que dejan de ser necesarias ante los avances de la automatización. Suena a utopía, pero no lo es. Trabajamos en ello todos los días.

La transformación digital es una realidad y ha supuesto un cambio radical en nuestra forma de entender el mundo. ¿Cómo ves la adaptación de la sociedad española?

Esta pregunta es tan buena como amplia. En el concepto “sociedad española” entran en juego muchos actores y elementos, que se clasifican por tener una actitud y mentalidad acorde a los tiempos que estamos viviendo de cambio e incertidumbre, o no tenerla.

Si hablamos de los nuevos modelos de trabajo, en términos económicos y empresariales, la flexibilidad y la presencialidad y su impacto en la productividad no es nuevo.

Lo nuevo es la velocidad del cambio a la que todo esto nos ha obligado, especialmente notable en países como el nuestro donde todo esto no era más que un debate más propio de pensamientos estratégicos que de realidad empresarial a pie de campo.

En muchos países ya no funcionaban los puestos fijos con horario rígido en días laborables. Apostaban por “puestos calientes” donde el trabajador acude a su oficina según necesidades independientemente de si es domingo, lunes, y sin límites horarios prestablecidos.

Pero en España seguimos contando en el tejido productivo con organizaciones que viven ajenas a la transformación digital: ni están, ni se les espera. Son las que más han sufrido y son las que desaparecerán si no cambian el chip, exceptuando aquellos modelos que se basan en lo artesano y lo manual, tienen a su nicho localizado, y se orientan 100% a él. Son valientes, y son rentables.

No me refiero a ellos. Me refiero a los que lo tienen menos claro, los que desean estar en la era digital sin hacer nada por estarlo, y que siguen viendo la tecnología como un fin, y no como un medio para ser mejores. Ojalá fuese un problema de equipamientos. No lo es.

La clave está en las personas. La tecnología la reprogramamos de un día para otro, nuestra mentalidad y hábitos, no. Necesitamos aprender, interiorizar lo aprendido, aplicarlo, y hacer que funcione. Cambiar nuestras inercias. Eso pueden ser años de trabajo. ¿Qué ocurre ante un cambio de tal magnitud como el actual? Que es dramático, porque genera mucha desigualdad de forma inevitable.

Las personas con recursos y capacidad para girar a la nueva velocidad de la rueda sobrevivirán, pero todos los demás, probablemente no. Por eso hay que ser muy responsables con afirmaciones del tipo “que nadie se quede atrás” cuando a pesar de las iniciativas solidarias y colaborativas, que son muchas y muy necesarias, también asistimos a un “sálvese quien pueda” que acentúa las desigualdades.

Nos hemos acostumbrado a decirnos lo malos que somos, y lo bueno que son los demás. Nos auto flagelamos y creamos malos espejos donde mirarnos cuando no es así.

En España hay muchísimo talento. Se innova y se investiga en campos punteros en primera línea de fuego, de forma pionera en muchos casos. Pero seguimos condicionados por complejos que se suman a ese miedo, tan nuestro también, de salir de la zona de confort.

Nos acomodamos en la tranquilidad de lo que podemos controlar, sin preocupaciones. Nos han enseñado a aspirar un trabajo estable con sueldo y horario fijo. Una bomba de relojería cuando llega una situación de cambio radical como la actual, cuando no sólo nos quedamos sin referentes de cómo hacer las cosas y liderazgos a veces inexistentes, a veces desdibujados y siempre confusos, si no que además se nos deja solos ante el peligro exigiéndonos una reinvención autosuficiente, rápida, operativa, y exitosa.

Ahí es nada. No estamos preparados para tal responsabilidad, y no somos culpables por ello. Estamos haciendo un ejercicio de superación personal y profesional muy potente como trabajadores y como empresarios. Cuanto menos divididos y más dirigidos lo hagamos más y mejor lo conseguiremos.

¿Ha provocado esta nueva normalidad que estéis trabajando en proyectos nacidos a partir de la crisis sanitaria? ¿Cuáles han sido los mayores retos en este aspecto?

Hemos tenido el privilegio de ser los responsables de la puesta en marcha en los hospitales de A Coruña y Santiago (CHUAC y CHUS) de los robots “anticovid” que permiten miles de pruebas PCR al día en nuestra comunidad. Una iniciativa que surgió en pleno confinamiento por parte de

expertos en diversas disciplinas y que gracias al esfuerzo, logística y donación de distintas compañías españolas se ha transformado en la cadena solidaria más trascendental que hayamos podido vivir en nuestra compañía en plena era COVID.

El reto fue mayúsculo por la gran relevancia del proyecto, pero sobre todo por el factor tiempo, que corría en nuestra contra: cuanto antes funcionase todo de forma efectiva más y más rápidamente contribuiríamos a la gran lucha de la prevención.

Pero al margen del reto propio como empresa y como equipo, el proyecto pone sobre la mesa el reto global de la especialización tecnológica, volviendo a la reflexión como sociedad. Seguimos apostando y aspirando a carreras profesionales en el ámbito del derecho, la economía o la medicina sin darnos cuenta de que la tecnología es transversal a todas ellas.

La puesta en marcha a toda prisa de soluciones en estos tres ámbitos clave para gestionar la pandemia mundial se ha basado en capacidad tecnológica; en el binomio de herramientas punteras dirigidas por personas altamente cualificadas para manejarlas.

Tenéis clientes muy importantes, de la talla de ABANCA, ZARA o Xunta de Galicia. ¿Creéis que la digitalización acelerada por el Covid ha llevado a más empresas a contratar servicios como los vuestros?

Nuestra condición como proveedores de servicios para que otros integren la tecnología en su día a día de trabajo nos está proporcionando nuevos e ilusionantes proyectos en diversos mercados.

¿Qué medidas de seguridad adoptáis en Improving Metrics a la hora de manejar el volumen de datos digitales de alta seguridad?

En cuanto a la seguridad, operamos bajo estrictos controles, normativas y protocolos españoles y europeos en materia de protección de datos, y estamos permanentemente auditados y evaluados de forma externa para mitigar cualquier riesgo de fuga de información y/o hackeo.

Ambas cuestionas son vitales tanto para clientes de menor alcance como para los que cotizan en bolsa, ya que ambos impactan directamente en sus resultados a distintas escalas.

Imaginamos que el teletrabajo es un sistema ya implantado en vuestra empresa. ¿Cómo os habéis adaptado en Improving Metrics? ¿Qué sistemas de seguimiento y análisis utilizáis para optimizar los resultados?

Sí, actualmente el teletrabajo es nuestro modus operandi. En España no es algo que hayamos descubierto con el Covid, ya hace tiempo que veníamos hablando del cambio de concepto de oficina, presencialidad y conciliación… del modelo de trabajo actual, en definitiva.

La pandemia no ha hecho más que dispararlo de forma inmediata. En Improving Metrics nos hemos adaptado de forma mucho más natural porque ya había una buena base en este sentido, ya testábamos herramientas de gestión, administradores de tareas y seguimiento y fórmulas de trabajo en equipo en remoto que simplemente, hemos ejecutado ya de forma global y que son los que nos permiten el seguimiento y la optimización del tiempo.

Contamos con un equipo implicado, cualificado y resolutivo acostumbrado al cambio. Hay una confianza mutua. Pero sí, claro que el teletrabajo obliga a renunciar a ciertos matices que solo proporciona el contacto directo como la inmediatez y sensibilidad intercambiando impresiones, y especialmente la formación de perfiles más junior, que dejan de “empaparse” de las conversaciones y dinámicas que ve y escucha en el frenesí diario y de las que tanto se aprende.

Por lo demás, operamos exactamente igual y podemos decir incluso que hemos crecido en productividad, en interlocución interna y externa, y en el respeto y valor a los tiempos de trabajo del otro.

La gestión de las emociones es mejor, lo que expresamos por escrito está más procesado y pensado que lo que podamos decir de forma espontánea en el cara a cara.

¿Qué perfil de trabajador buscáis en Improving Metrics?

Al margen de conocimientos y habilidades propias de los puestos que desempeñen, en Improving Metrics perseguimos actitudes. Lo primero que ha de ocurrir es que el nuevo miembro del equipo se integre al equipo existente, y que sume.

En una primera entrevista de trabajo es difícil detectarlo, pero el talento desprende talento y es algo que se deja notar rápido. Una vez asegurado esto, lo siguiente será seleccionar a quien esté dispuesto a estar incómodo. El/la que se motive saliendo de esa zona de confort de la que antes hablábamos.

Somos una pyme que cambiamos mucho y muy rápido. Nos lo exige el sector y nosotros mismos. Buscamos gente que se sienta cómoda adaptándose constantemente al cambio para crecer en equipo. A partir de aquí, todo fluye. El conocimiento y la metodología se adquiere, pero esa forma de ser y de trabajar tiene que venir de serie.

En cuanto al futuro y la “carrera” que alguien pueda hacer en nuestra empresa, nos preguntan mucho sobre si creemos que son necesarios más informáticos que nunca, si esta es la profesión con más salidas.

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Es algo en lo que pienso mucho porque en realidad, los informáticos trabajamos para dejar de ser necesarios. Innovamos para conseguir la mayor autosuficiencia posible de los medios materiales. A medida que lo vayamos consiguiendo, dejaremos de hacer falta.

¿Qué pasará entonces? De nuevo, solo sobrevivirán los que se hayan ido adaptando, e incluso anticipando, a las reglas del juego. Los que conciban la tecnología en su vertiente más respetuosa y sostenible con los seres humanos, como decíamos al principio.

Por último, ¿Qué esperáis de esta nueva edición de Talentia Summit 100% virtual?

El mero hecho de poder compartir reflexiones con empresas y personas de la talla de todos los participantes es un ejercicio muy enriquecedor del que sin duda aprenderemos todos, así que la aportación de valor está asegurada.

Por lo demás, intentaremos aportar nuestro granito de arena para contribuir a una transformación tecnológica en clave constructiva y tener acceso a talentos, nuevos y no tan nuevos, que se identifiquen con nuestra forma de ser y de trabajar y que se quieran sumar a nuestro proyecto. Hay mucho por hacer y nos encantará hacerlo juntos.